"Mi dolor de exilio es tan grande que cubre todo mi cuerpo.

Muevo un dedo del pie y sufro".

Lejos de casa


Julio Cortázar por Cristina Peri Rossi: "Era un hombre triste y lúdico" / entrevista de Silvina Friera, Página 12, febrero 2004

"El trato que recibió Julio por parte de sus colegas argentinos no ha sido ni justo, 

ni ecuánime, ni siquiera honesto. 

La actitud política de Cortázar fue sincera y coherente hasta el último momento."



Ella es “Cris”, la destinataria de quince de los poemas que Julio Cortázar escribió en el libro Salvo el crepúsculo, publicado por primera vez en 1993.


“En realidad poco me importa
que tus senos se duerman
en la azul simetría de otros senos.
Yo los hubiera hollado
con la cosquilla de mi roce
y te hubieras reído justamente
cuando lo necesario y esperable
era que sollozaras.”

“Cris” mantuvo una relación amorosa con Cortázar, que luego se transformó en amistad y complicidad cuando ambos descubrieron que tenían la misma preferencia sexual por las mujeres. “Cris” es la poeta y narradora uruguaya Cristina Peri Rossi, exiliada en España desde 1972. 

Tenía 30 años cuando lo conocí y era uno de mis escritores favoritos”, cuenta. “Pero nunca me había interesado conocer a ninguno. Sin embargo, el exilio creó unas afinidades y unas necesidades que explican que este encuentro tuviera muchos significados para ambos. Me pareció que era un hombre triste, tierno, lúdico, devorador de letras, amante de la música, igual que yo. En seguida nos sentimos cómodos, entusiasmados, cómplices y amigos.”

Según Peri Rossi, que nació en Montevideo en 1941, la literatura debe y puede ser transgresora y liberadora. Más de 30 libros publicados dan cuenta de esta concepción: EvohéBabel bárbara y El amor es una droga dura, entre otros. Uno de sus textos más polémicos es la biografía Julio Cortázar, en donde, además de rescatar la poesía cortazariana, insinúa que el escritor murió de sida y no de leucemia. “Quienes dicen que murió de leucemia nunca vieron un análisis, como lo vi yo, ni conversaron con el hematólogo François Timal, quien me enseñó las pruebas clínicas que negaban el cáncer y diagnosticaban un virus desconocido que producía una pérdida de defensas inmunológicas. Y hay muchos tontos que, a partir de mi revelación, se han preguntado si Cortázar fue homosexual alguna vez. Esta asociación de homosexualidad y sida es un prejuicio que debería estar ya desterrado”, sostiene la escritora.

– ¿Cómo recuerda al Cortázar cotidiano?

–No había mucha diferencia entre el escritor y la persona, lo cual me parecía su mayor virtud. Era un escritor romántico: vida y escritura se corresponden, se entrecruzan, se inspiran mutuamente. Sin embargo, los elementos fantásticos de sus relatos corresponden más a la influencia del surrealismo que a su lado oscuro. Era un hombre equilibrado, que detestaba los excesos emocionales (en eso era poco romántico), y con una clara conciencia de ser un intelectual. 

– ¿Qué opinión tiene acerca de la poesía cortazariana?

–El siempre me comentó que su máximo deseo había sido ser un gran poeta, porque le parecía que la poesía era el género mayor de la literatura. Pero como era consciente de sus limitaciones, se había convertido en un narrador. Fue un gran lector de poesía y escribía muchos poemas, que él mismo se encargaba de arrojar a la papelera. Sin embargo, creo que escribió algunos muy buenos, por ejemplo, la serie de quince poemas de amor dedicados a mí. Me parecen excelentes, aunque quizás los lazos afectivos no me permiten ser completamente objetiva (risas). 

–Muchos intelectuales argentinos interpretaron la transformación política de Cortázar como un giro algo superficial hacia el socialismo...

–El trato que recibió Julio por parte de sus colegas argentinos no ha sido ni justo, ni ecuánime, ni siquiera honesto. La actitud política de Cortázar fue sincera y coherente hasta el último momento. No había nada de superficial: instauró el proceso contra la dictadura de Pinochet a través de sus investigaciones sobre torturados y desaparecidos, formó parte del Tribunal Russell y dedicó buena parte de sus derechos de autor a ayudar a la revolución cubana y a la nicaragüense. Por lo demás, empleó su influencia sobre Fidel Castro y los líderes de la revolución para intentar disuadirlos de su política contra los homosexuales, especialmente en el caso de Reynaldo Arenas, y rescató a muchos presos políticos de las cárceles. Nunca fue un diletante, ni un burgués, sólo vivió humildemente.



Pagina 12
Argentina
febrero 2004

Fuente: Página 12










La escritora Cristina Peri Rossi asegura que Julio Cortazar murió de sida que contrajo en una transfusión


POR JUAN CARLOS ALGAÑARAZ


MADRID, CORRESPONSAL - 12/02/14 - 11:12


Así lo afirma la escritora y periodista Cristina Peri Rossi, quien fuera su amiga y con quien compartió una relación sentimental. En aquella época todavía no se conocía la enfermedad. Y su esposa se habría contagiado.


"Bichito: sé que serás benévola con estos poemas, cuyo único delito es haberlos escrito"
Carta de Cortázar a Peri Rossi



“Julio Cortázar no murió de cáncer ni de leucemia como se especuló, sino que falleció de sida con la desgracia que le contagió la enfermedad a su querida esposa, Carol Dunlop. Ella murió primero, dos años antes de Julio, porque aunque era muchísimo más joven, le habían quitado un riñón”.

La valiosa escritora y periodista Cristina Peri Rossi, dialogó con Clarín sobre el gran escritor argentino, a quien conoció en 1973 y fueron amigos hasta su fallecimiento y compartieron una relación sentimental.
    
El sida no se había identificado cuando Julio lo contrajo, era una enfermedad sin nombre. Consistía en un retrovirus no identificado. Lo contrajo porque sufrió una hemorragia estomacal en agosto de 1981 cuando vivía en el sur de Francia. Lo hospitalizaron y le hicieron una transfusión de varios litros de sangre, que después se supo, en medio de un gran escándalo, que estaba contaminada”.
    
Tengo una carta de Julio donde me dice “me he convertido en un vampiro de verdad porque me han tenido que cambiar la sangre y la pobrecita Carol me tuvo que llevar al hospital más cercano”, decía la carta.
    
Años después se supo que esa sangre, que venía de la Cruz Roja, estaba contaminada. Se produjo un gran escándalo que terminó con la destitución del ministro de Salud Pública. La sangre se compraba a emigrantes pobres. No se realizaban pruebas, análisis, porque la enfermedad, el SIDA, eran desconocidos”.
    
- ¿Al principio los allegados a Julio pensaron que podía padecer de cáncer?, preguntó Clarín. 

- “Es cierto, pero, ese diagnóstico no existió. Todo lo contrario”, responde Cristina. “La verdad es que la enfermedad que padeció Julio no estaba todavía diagnosticada, no tenía una denominación específica, se le llamaba “pérdida de defensas inmunológicas”.


-  ¿Se la describía de alguna manera?, inquiere el periodista. 

- “Se caracterizaba por un aumento desmesurado de los glóbulos blancos, manchas en la piel, diarreas, cansancio, infecciones oportunistas y culminaba con la muerte”, explica Cristina.
    
Cortázar viajó a Barcelona en noviembre de 1983, y estaba muy preocupado por el avance de la enfermedad.  ”No tengo cáncer, me lo dicen los médicos franceses y después nos ponemos a hablar de literatura”, le confió Julio.
    
Me enseñó una placa negra en su lengua, el sarcoma de Kaposi. Padecía un virus que desconcertaba a los médicos y no tenía tratamiento específico. Ningún médico sabía, tampoco cómo se transmitía o cómo se contraía”.

Cristina Peri Rossi estaba muy alarmada y le pidió a Julio que consultara con un excelente médico y poeta barcelonés, Javier Lentini, muy amigo de la escritora uruguaya. “Me merecía toda confianza. Fuimos a verlo Julio y yo con los análisis. Lentini confirmó que por los análisis de sangre de Julio y otras pruebas, descartaba la existencia de un cáncer. Atribuyó la enfermedad a un raro virus sin identificar."
    
Lentini fue con Cristina y Julio a consultar a otros dos hematólogos catalanes de mucho prestigio que le realizaron una cantidad de pruebas. “El resultado fue que tenía una infección  no determinada provocada por un retrovirus. Y que no había ningún tratamiento. Había tres retrovirus identificados y este desconocido."
    
“¡No me dan nada para tomar, ni una pastillita!”, le decía Cortázar, con desesperación, a Cristina quien recuerda que un cuadro semejante había provocado la muerte de su mujer, un año y medio antes. “La causa había sido una rarísima enfermedad no identificada , un virus desconocido que le provocó la pérdida de defensas inmunológicas y la aparición de infecciones oportunistas. Para ella la enfermedad avanzó muy rápido porque le habían extirpado un riñón en su juventud”.
    
Julio Cortázar murió el 12 de febrero de 1984. Cristina no se consuela. “Sé que tenemos que morirnos pero me rebela porque podría haberse evitado aunque no sé cómo."  Tiene muchos recuerdos recónditos que guarda con un inmenso cariño y los quince  “Poemas a Cris” dedicados que le envió Julio por carta en 1977.
    
La carta a Cristina Peri Rossi decía: 

Bichito: sé que serás benévola con estos poemas, cuyo único delito es haberlos escrito; pero a lo mejor no podía hacer otra cosa, la que hubiera querido, y sin embargo te los debo, como te debo tantas otras cosas. Sé que me las vas a perdonar y sé que las leerás con tu media sonrisa llena de ternura y de comprensión, porque vos lees más allá de las palabras, que es donde se encuentra el verdadero texto”.

Fuente: Clarín
12 de febrero de 2014





¡BRAVO JULIO CORTÁZAR ! 



Homenaje a 100 años de su nacimiento y 30 de su partida: 
26 Agosto 1914 - 12 Febrero 1984 / 
Homenagem aos 100 anos de seu nascimento e 30 de sua partida:
 26 agosto 1914 - 12 fevereiro 1984












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